El título de este post ha sido la consigna, recientemente utilizada en la ciudad de Barcelona para marchar en apoyo a las mujeres chilenas tras el fallo del Tribunal Constitucional (TC) que declaró inconstitucional la entrega de la píldora del día después (además de la T de cobre, entre otras) a través del sistema público. Todo ello deja en evidencia su herencia ultra y casposa de la dictadura, que por desgracia continúa anquilosada en una parte del poder.
Las cifras son desalentadoras a la vez que contundentes. Un informe, realizado por la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, señaló que como consecuencia del fallo en dicho país se abortarán 2,2 niños por cada nacido, adicionalmente a las cifras actuales, así como aumentará la mortalidad materna y neonatal… cabe aclarar que en los barrios más
pobres, las madres menores de 18 años representan más del 20%, y en los barrios ricos el 2%.
La injerencia de la justicia en temas de competencias absolutas del individuo se traduce en un recorte de libertades, que generalmente trae consecuencias negativas a nivel social. Esperemos se concreten las promesas de la presidenta Michelle Bachelet para de apoyar continuamente a las mujeres en su lucha por una mayor calidad de vida.
El sector ultra conservador que está latente en el TC chileno interfiere escandalosamente en los derechos de los ciudadanos; viene bien recordar que no fue sino hasta 2004 cuando se puso en vigor la ley del divorcio, en ese momento, sólo tres países en el mundo prohibían divorciarse: Malta, Filipinas y Chile. No olvido cuando vi la noticia en la tele, a los grupúsculos gritando ferozmente en contra de esta ley, me parecía estar en la edad media, no podía creer que todavía hubiese gente que prefiriera “aguantar” en vez de aceptar la separación como un paso necesario para ciertas relaciones. Para colmo, en su mayoría mujeres jóvenes y mayores.
Pero, lo que me parece a la vez interesante es que exista el debate en Chile, eso es un GRAN paso, ya que en muchos países latinoamericanos ni siquiera se lo plantean como posible discusión. Ello igualmente lleva a acercarse al tema de la despenalización del aborto. Hay que recordar que en Latinoamérica el aborto está prácticamente prohibido, permitiéndose apenas en algunos casos o países, si corriese riesgo la vida de la madre o de otros apartados extremos, malformaciones…
El número de adolescentes embarazadas en Latinoamérica es sumamente elevado.
El caso de Venezuela es preocupante, ya que este país ocupa el primer lugar en América Latina en embarazos precoces, (20%), siendo Chile el de más bajo porcentaje en la región (10 %).Volviendo a Venezuela, en 2005 se dio inicio en el Congreso a una posible discusión sobre la despenalización parcial del aborto, que por los momentos ha quedado, lamentablemente, aparcada. Pero la izquierda venezolana es bastante atípica, siendo un buen número de fuerte adhesión católica, y que no permiten la aprobación de la misma, negando una realidad tan brutal como sus números, que se evidencian con tan solo salir a la calle. Todo ello no es más que parte de nuestra arraigada cultura de la doble moral. Los que tienen dinero pueden abortar cómodamente y seguros en sus clínicas privadas, mientras que en las barriadas se practican en lugares insalubres, por lo que corren un riesgo elevado. Sabemos que son mayoría en el congreso y si no han aprobado esta ley es por una falta de voluntad evidentes.
Lo anterior remite a la equidad segmentada que menciona Bachelet en sus declaraciones al respecto: "No creo en la equidad segmentada, no creo en la equidad parcelada, creo en los derechos, pero insisto en que vamos a cumplir el fallo".
En un reportaje publicado por el diario El Universal (Venezuela), el ginecobstetra Ramón Fernández, (Policlínica Metropolitana) declaraba: "los abortos provocados tienen una alta tasa de mortalidad. Aquí mueren dos mujeres por semana por aborto séptico". Según cifras del Ministerio de Salud, en hospitales y ambulatorios públicos adscritos a éste entre 1997 y 2001 se contabilizaron 380 mil abortos tanto espontáneos como inducidos. "Eso te da un promedio de 76 mil por año. Sólo en la Maternidad Concepción Palacios, en 2003, se reportaron 336 casos mensuales. A nivel privado yo me atrevería a duplicar esa cifra, aunque éstas son totalmente desconocidas" agregó.
Asombra, al buscar información del tema, encontrar más páginas en internet en contra del aborto en Venezuela que a favor de su despenalización (aunque es una ley a la que se le hace la vista gorda), lo que puedo deducir como venezolana, es que seguimos adormilados en temas fundamentales, y en especial los que atañen directamente a las mujeres.
Cierro mi post reiterando mi apoyo a las libertades a decidir sobre nuestros cuerpos y vida, no sin antes decirles a las venezolanas y el resto de las latinoamericanas que hay que salir a reclamar nuestros derechos, que esas cifras escandalosas de muertes por abortos clandestinos tienen que parar y que sería bueno, que hubiese una iniciativa, como la que tuvo Chile en algún momento y hoy echada por tierra, en el que podamos TODAS acceder, por ejemplo a la píldora del día después. ¿Cuánto tiempo tendrá que pasar para ello?
Poster de la reciente marcha convocada en Chile.
MUY BUENO TU BLOG. UN ABRAZO
ResponderEliminarRODRIGO GONZALEZ FERNANDEZ
Gracias por tus palabras Rodrigo.
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