La artista de origen inglés: Lulu, Luciana Martinez De La Rosa (1848-1995) dedicó gran parte de su obra a la pintura, a los retratos específicamente, los cuales se impregnan del pop en el más puro aire de la década de los 80. Parte de su círculo, en el que la noche era el espacio por antonomasia, lo compartían, entre muchos otros, la archiduquesa Francesca von Habsburg, quien hoy en día posee la colección Thyssen-Bornemisza Art Contemporary, el diseñador de moda Jasper Conran, el director de cine Nicolas Roeg, o el emblemático cantante Boy George, quien fuese fotografiado por la prensa junto con ella, en la que aparece en un fantástico toppless, símbolo del que ella se apropió para asistir a fiestas y eventos.
Diseñadora de ropa, vídeo artista, performancista constante, Martinez de la rosa realizó, además, para la película Jubileo (1977), de Derek Jarman, un cameo a la vez que fungió como coordinadora de vestuario. Le encantaba vestirse, de vez en cuando, un poco a lo Frida Kahlo, con enormes rosas en el cabello y blusas de tejidos folk. Hace retratos claramente inspirados en otros famosos, como Ingres o como su autorretrato con su gato Big Puss (algo así como Gran Chocho), que recuerda aquel otro hermoso de Frida con sus pájaros y su mono o el famoso retrato realizado a la duquesa Gabrielle d'Estrées y su hermana, en la que posan con el torso desnudo, mientras una toca el pezón de la otra. . Lulu afirmaba que su apellido se debía a un antepasado español, famoso mercenario que participó en la invasión de Nápoles (su madre era de allí), conocido como el capitán Pepe, el Mallorquín. Pero más allá de los posibles fantaseos por un pasado atípico, formó parte del programa Artists in residence, apareciendo ella en la portada de algunos de los libros dedicados a los artistas de dicho programa; se erigió como reina de la noche, favorita de muchos artistas e icono del underground, años más tarde, como es frecuente, Luciana se dedicó de lleno a los retratos y a una vida más tranquila.
. La sensualidad de sus pinturas y autorretratos se deja respirar en sus palabras, que recogen una suerte de Ars pictórica: Amo pintar, amo el color, amo pintar la carne. Pintar retratos es una experiencia muy intensa para mí, física y espirirtualmente. Como un affaire amoroso. . Imágenes: Duggie Fields
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