Carlo Scarpa. Imagen tomada
de la página Carlo Scarpa.
que reflexionarlo a partir de la
experiencia del sitio y del paraje.
Martin Heidegger
En mi reciente viaje a Verona me sorprendió una experiencia singular, el disfrute de la arquitectura como un espacio pleno en donde la funcionalidad no exime a la belleza en su más alta expresión. Y no es que no haya visitado arquitecturas magníficas en otros momentos, sino que me ocurrió la seducción, la sorpresa y el asombro ante el descubrimiento o revelación de los espacios, restaurados por el arquitecto Carlo Scarpa (Venecia 1906- Sendai 1978).
El edificio es el Castillo de Castelvecchio (1354-1356) en el que hoy funciona una espléndido museo. La historia del castillo es ciertamente interesante, ya que es un símbolo de la decadencia de la señoría de los Della Scala, puesto que Cangrande II Della Scala se propuso su construcción en tal emplazamiento, junto al río Adigio, con el fin de controlar la ciudad de las revueltas ciudadanas y, a la vez, asegurar una vía de escape hacia el norte, si se encontrase en aprietos. Los Della Scalla no pudieron evitar su caída (1387) y el castillo sufrió sucesivos cambios hasta la contemporaneidad.
En la segunda postgerra, se le encarga a Carlo Scarpa la restauración de este edificio. Cabe destacar que este no era arquitecto sino que se gradúa en bellas artes en diseño arquitectónico y que, a pesar a su amplia experiencia, incluso como profesor en la universidad de arquitectura, intenta registrase como arquitecto sin poder lograrlo, y más adelante, incluso, es llevado ante los tribunales por el Colegio de Arquitectos, acusándosele del ejercicio ilegal de la profesión. El tiempo, como siempre, ha puesto las cosas en su sitio, y la obra de Scarpa es reconocida hoy como una de las más importantes del siglo XX. Antes de su muerte recibe el doctorado honoris causa de arquitectura, el cual nunca pudo recoger ya que muere por un accidente en Japón.
Casualmente, y cuestión que confirmó mi asombro y admiración por el trabajo de Scarpa en Castelvecchio, es encontrarme a la salida del museo en la librería, una ingente cantidad de libros dedicados a su trabajo en este museo, específicamente. Y sin ser una entendida del tema, me sorprendió la capacidad de Scarpa para poder combinar los espacios interiores y exteriores, en los que cualquier ranura te permite entrever el exterior, la luz o las texturas de los ladrillos antiguos. Es como si nada se ocultase, pero como en un buen juego de seducción, tampoco se revela del todo. Y es como degustar el espacio con sus materiales, luces, líneas... sé que bien se podría aplicar esta descripción a otros magníficos edificios, pero nunca se me había revelado un edifico de esta manera tan grata y bella como experiencia en su recorrido.
Jardín y plaza de armas, galardonado en 2001 con el prestigioso
Premio Internazionale per il Giardino de la fundación Benetton.
Scarpa terminó siendo una suerte de especialista en museos y museografía, por lo que la integración de los espacios y las obras funcionan como un todo, y no hay espacio para la improvisación en la disposición y formatos que sostienen las obras.
La corona de la joya en Castelvecchio es la estatua ecuestre de Cangrande I, la cual había sido retirada por motivos de conservación de las tumbas Scalígeras:
El magnífico emplazamiento de la escultura de Cangrande I,
considerado como el punto clave de este complejo.
La corona de la joya en Castelvecchio es la estatua ecuestre de Cangrande I, la cual había sido retirada por motivos de conservación de las tumbas Scalígeras:
La escultura está expuesta sobre un esbelto soporte de hormigón de 7 metros... El basamento está realizado con sutiles dobladuras y un corte central que deja en evidencia su espesor... La obra se ubica en un espacio exclusivamente dedicada a ella... a su alrededor se construye un sistema de pasarelas, escaleras y cubiertas que permiten su visualización mediante acercamientos progresivos: salidas al aire libre, vistas desde abajo y pasajes aéreos, hasta alcanzar una plataforma oscilante que casi permite el contacto físico con la escultura.
Alba di Lieto.- Verona. Carlo Scarpa y Castelvecchio. Guía de la visita. Silvana Editotrial, Italia. 2011
Otra de las fuentes del jardín en la que esta pequeña peana,
que permite acercarse a tomar el agua, recuerda un poco a los jardines japoneses.
Sin duda, una sorpresa maravillosa que se suma a la antigua belleza de Castelvecchio, que se erige hoy como museo, y que se puede disfrutar, simultáneamente, pasado y presente en un solo edificio, sin interrumpirse, sin sabotearse el uno al otro, siendo un verdadero goce para quienes los transitan,
"Las esculturas… que emergen de las losas pintadas…
flotan en el pavimento de hormigón".**
Scarpa era un maestro de las escaleras, fijaos en el detalle de estas.
Galería de esculturas veronesas (S. X- XIV).
Sacellum, concebido como una cámara del tesoro.
Este tramo almenado que lleva hacia la torre del reloj
es obra de Gian Galeazzo Visconti (finales S. XIV).
Torre del reloj, de restauración reciente.
Esta parte, que corresponde a la torre del reloj, ha sido
restaurada más recientemente por el arquitecto Giuseppe Tommasi.
Link de un fantástico blog para ver más fotos. (en inglés)
Página del Museo de Castevecchio.
Vídeo acerca de una de sus obras: la tumba Brion:
Una conferencia interesante sobre Scarpa en el blog: La Herida de Paris.
** Cita de la guía de la visita, Pag. 16.