Si alguna vez llegas a París
camina sin prisa por alguna calle
tropiézate ante las tiendas de trufas o pasteles
pide que te vendan una tartaleta de frutas frescas y brillantes
con una pequeña cama de crema que las sostenga
muérdela suavemente
que cada miguita que quede en tu comisura
puedas traerla de vuelta con la punta de la lengua
ahí adivinarás
cuántos años deben estar preparando estos postres
ya lo digo
la belleza de París se soporta gracias a las manos del pastelero
del chocolate de las trufas invernales
un solo mordisco
me hará volver.
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Madrid, abril, 2006
Foto: © Claudia Hernández
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Siempre es buen momento para volver a pasear por la Rue Mouffetard y pedir una tartaleta de frambuesas que se sostienen encima de una crema suave que se mezcla con ellas.
ResponderEliminarQuien lo probó, lo sabe.
Umh.. ya lo creo compañera.
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