Martha Rosler ©Tony Cenicola para el NYT.
Hooded captives.
Este blog abarca el arte y pensamiento en todas sus formas: cine,letras, poesía, novela, ensayos, fotografía...
Martha Rosler ©Tony Cenicola para el NYT.
Hooded captives.
Stop loss es un término bastante desconocido, que la directora pone en el tapete, el cual se basa sobre el derecho que tiene el ejército norteamericano para llamar nuevamente al frente, a soldados que ya han terminado su servicio. El drama parte de acá, en el abuso de dicho poder para con estas personas, quienes no pueden rehusarse a tal llamada, so pena de ser perseguidos como criminales.
Las consecuencias de la guerra, el trastocamiento de la vida de miles de personas, y todo lo devastador que ello implica, no queda reflejado en la película. El discurso pareciera nunca engranar con los demás elementos narrativos. Abundan muchos momentos vídeo-clip, que se nos antoja una clara concesión de Peirce para una de las productoras de la película: MTV; llamas y explosiones al ritmo de rock duro, un ballet visual de la guerra mucho más cercano a los juegos de videoconsolas que a las amputaciones de miembros o muertes, que acarrean muchos de estos ataques.
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Quizá la película que mejor se acercado al drama de esta reciente guerra ha sido En el valle de Ehla (2007), de Paul Haggis, que sin tanto bombardeo ni caras jóvenes guapas de soldados, logró acercarnos, de una manera íntima, a algunos visos de la guerra, a lo que puede vivir el entorno de un soldado.
...Para cerrar la entrega acerca de la exposición Female trouble nos acercaremos a los inicios y coqueteos de muchas mujeres con ese nuevo (y para muchos raro) instrumento, la cámara fotográfica, que les sirvió como medio de exploración y de expresión. Igualmente la exposición recoge, ya no a esas maravillosas “aficionadas” que ignoraban que estaban creando arte, sino también a algunas artistas de la década de los 20, 30 y 40, que se apropiaron del medio fotográfico como un acertado lenguaje.
Vintage
Sin duda alguna, hay un par de fotografías que roban buena parte de la atención en cuanto a las más antiguas: una, la serie realizada por Virginia Oldoini Verasis, Condesa de Castiglione (Florencia 1837- París 1899), en donde se evidencia una búsqueda de la identidad a través de la máscara y la representación. Todas llenas de misterio y belleza.
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Dichas fotos fueron ejecutadas por el fotógrafo francés Pierre-Louis Pierson (1822-1913), pero la dosis creativa, por no decir la más importante, fue producto de esta especial mujer, la cual se dedicó a retratarse (son más de 400 fotos), en la reclusión impuesta por su marido, luego de que se ventilase, que era amante de Napoleón III. La más potente por su belleza y enigmática pose, en la que mira, agudamente, a través de un agujero, es la que titula como El juego de la locura (1863/66). En doble acto lúdico, por un lado simula esconderse y, por otro lado, pareciera observarnos minuciosamente; un hombro al descubierto evoca el erotismo, todo en la foto es refinamiento de la seducción.
.Otro de los más admirados dentro de la muestra es el autorretrato-gata de Wanda Wulz (Trieste 1903- 1984) Io + gatto, 1932; en el que a través de la superposición de imágenes se nos muestra con una identidad de gata, onírica y surreal, y como tal, muy potente imagen. Esta artista es una de las primeras en experimentar con la superposición de negativos. La fusión, creada en esta imagen es tan convincente que cuesta no creer que éste sea el rostro.
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La mano de Germaine Krull (Wilda, ant. Alemania, ahora Polonia, 1897- Wetzlar, Alemania, 1985) sostiene la cámara y a la vez un cigarrillo, un autorretrato (1925) sin rostro pero muy elocuente, hay firmeza y decisión en el acto de fotografiar, así como también dice, al no renunciar a su cigarrillo, de sus gustos. Una suave luz se incorpora a la foto, unos dedos hermosos, los puños de su traje, el cabello recogido, que detrás, se adivina… Krull es considerada como una fotógrafa de la modernidad y una de las más experimentales de su época.
Petrole Blahn (1931/33) Ringl+Pit.
Florence Henri (Nueva York 1893- 1982 Compiègne) desarrolló con vehemencia el retrato femenino. En su autorretrato (1928), la artista hace gala de su talento en la composición: aparece un poco lejana y melancólica frente a un gran espejo, que de alguna forma se nos antoja una ventana, la belleza de las líneas y planos, que aportan sobriedad al conjunto. (ver más fotos).
Marta Astfalck-Vietz (Neudamm, hoy Polonia, 1901-1994 Alemania) se atreve en un muy ácido y macabro: Suicidio en espíritu (1927), en donde una cabeza con un signo de bala, reposa, en una mesa tranquilamente, dentro de un gran jarrón de vidrio.
Suicidio en espíritu (1927) Marta Astfalck-Vietz.
Para terminar, la fuerza de las fotografías de Claude Cahun (Nantes, 1984- Isla de Jersey 1954), quien insiste en los autorretratos andróginos, que rayan a veces en
lo no-humano, también recurre a la máscara, el disfraz, hoy tantas veces explotado como recurso, convirtiendo su cuerpo en soporte y materia de su investigación a la vez. En el autorretrato que señalo (1928/38), se muestra teatral y sin cabello, a través de los marcados contrastes de grises.
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Otra fotografía recoge un célebre performance: Aus de mappe der hundigkeit (1968), en la que una mujer arrastra a un hombre con un collar de perros por la calle, ante la mirada atónita y risas de los transeúntes.
También destaca dentro de la exposición la inquietante fotografía, de Birgit Jürgenssen (Viena 1949- 2003), proveniente de una serie de instantáneas, en las que aparece con un inusual disfraz de gato. La imagen es poderosa, llena de misterio y retrata un universo enigmático y similar al de los sueños.
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Excelente han sido, igualmente, las provocativas fotografías, producto de las performances (1972-1973) de Jürgen Klauke (Kliding, Alemania, 1943). En ellas, el artista aparece con una suerte de traje de novia, en el que están cosidas muchas vulvas de tela, o en algún momento, pechos en forma de penes erectos. Hay transgresión y una profunda intensidad en sus acciones-imágenes.
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En cuanto a este apartado de hombres (en el que todos son autorretratos) desde una postura o ser femeninos, además de Klauke y Mapplethore, está Urs Lüthi (Lucerna, Alemania, 1947) y Pierre Molinier (Agen, Francia, 1900 - Burdeos, 1976).
Lüthi juega con el tópico y se retrata hermosamente maquillado y unas plumas, el travestismo le sirve de búsqueda y reflexión, a través del cambio de roles.
Autorretrato con máscara y rosa (1965-1967), Pierre Molinier. *