domingo, 16 de enero de 2011

Vuelta al blog, pasando por Fez y Marrakech (I)

I entrega: Fez
.

La cuesta de enero, sí, me ha llevado una semana completa acostumbrarme a la cotidianidad, pendiente de escribir en el blog y claro está, hacer una pequeña crónica de mi reciente viaje a Marruecos. África y el mundo árabe unidos por la historia y la cultura.

La intrincada belleza medieval de Fez 

Una ciudad con 1200 años de existencia, fundada por un descendiente directo de Mahoma, Idrís I, centro no solo fundacional sino también espiritual del país, se conserva su medina, hoy en día, de una manera excepcional. Y no en el sentido de esas conservaciones tipo "parque temático", sino que se conservan en la vida cotidiana de sus habitantes y profunda y rica cultura.



Acostumbrados como estamos a ver ya los productos en las tiendas, es maravilloso pasear por las calles de la medina antigua y ver a los artesanos trabajar en sus tiendas, bordando kaftanes, suavizar el cuero y curtirlo, fraguar en sus tiendecitas de caprichosas lámparas... las mulas son el único transporte que transita por sus laberínticas callejuelas. Los fasíes son muy amables, siempre dispuestos a ayudar, quizá agobie un poco los pequeños tratando de fungir como guías turísticos, captan el idioma de los visitantes con tan solo verlos: ¿De dónde? dice el pequeñajo: de Madrid, respondemos; y siempre recibíamos por respuesta que ellos eran del Barça, para alegría de mi amado compañero que, aunque es de Madrid es un culé acérrimo.

 La siesta del tendero. Medina antigua de Fez.

Pernoctamos, para nuestra suerte, en la medina antigua y no podemos olvidar nuestra llegada, el taxi dejándonos a las puertas de esa antigua ciudad, en donde los mapas son completamente inútiles y las calles son tan estrechas que parece en muchos casos un interminable túnel, hay vida, gente subiendo y bajando, la ciudad se mueve incesantemente, respira, respira...



Según Wikipedia "es de los mayores emplazamientos medievales que existen actualmente en el mundo"; es por ello, entre otras razones, que en  1981 fue declarada por la Unesco Patrimonio de la humanidad. Uno de los sitios más visitados son las curtidurías de Chouwara en la que siguen tiñéndose los cueros de la misma forma en la que se hacía en la edad media. El cuero que se produce en Fez goza de buena fama, considerándosele como uno de los mejores del mundo.


 Un hombre seca al sol las pieles teñidas.


 Curtiduría de Fez.

Entre las callecitas, en cualquier momento el visitante se topará con el mercado, en el que acuden los lugareños para  su cocina cotidiana. Las naranjas y mandarinas de Marruecos son de una calidad excepcional.





La carne de camello se prepara de muchas formas, 
como el clásico tajine.

Os dejo más fotos para disfrutar de un paseo por esta magnífica ciudad imperial.

Calle de la medina antigua de Fez con paredes apuntaladas.


Mezquita y universidad islámica Qarawiyyin (año 845).


Mezquita y universidad islámica Qarawiyyin.


La riqueza de las telas es de una delicadeza sorprendente.


Madraza (escuela religiosa) Bou Inania. Tiene un reloj hidráulico cuyo 
sistema de funcionamiento aún se desconoce (Años 1350-57).

  Detalles de los muros de la madraza Bou Inania.


La delicadeza de los tejidos de las alfombras al igual 
que su cerámica supera al de muchas ciudades.



Los turrones marroquíes son deliciosos 
y ligeramente menos dulces que los europeos.


Una preciosa panadería.



Mezquita.







Hay que probar los frutos secos de esta tierra, los precios de los dátiles 
puede variar tremendamente por su calidad, triplicando, incluso, su precio.

Vendedoras de especias.


Las tiendecitas tienen una compleja y armónica 
disposición de sus productos.




La coqueta plaza As Seffarine.



Medina antigua.


Murallas de la ciudad.


Las babuchas también se adaptan a los nuevos gustos de los compradores.


Detalles de Zauia (mausoleo) de Mulay Idriss II, quien completara la fundación de Fez iniciada
por su padre. Uno de los lugares más sagrados de los marroquíes.

6 comentarios:

  1. Qué recuerdos me trae tu post Claudia, hice un viaje de dos semanas a Marruecos en coche por todo el país, hace unos 4 años y creo que fue uno de los viajes más impactantes que he hecho en mi vida, lleno de anécdotas y de encuentros maravillosos. Fez se me quedó grabada a fuego, tanto que luego ya Marrakech no me sorprendió tanto, era increíble y tus hermosas fotos lo reflejan muy bien, era como viajar en el tiempo siglos atrás. Cuando llegaba la hora de la oración y escuchabas los rezos por todos lados, el laberíntico zoco, las herboristerias con cientos de botes con unguentos. Gracias por traerme estos recuerdos tan bonitos, espero con ganas tus otras entregas.

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  2. He disfrutado mucho de las fotos Claudia, una por una has sabido captar la maravilla encerrada como wally entre un paisaje plagado de detalles. Esa pequeña tienda que en dos puertas abiertas muestra un mundo entero o esas babuchas a cuadros que tanto dicen sin una sola palabra, las filigranas de las portadas o la perspectiva del turronero, la Mezquita o las calles apuntaladas. Túneles, eso es lo que transmiten, túneles de tiempo y espacio: arte.
    Te felicito, eres una gran artista del objetivo, realmente en una serie de fotografías como esta, nos acercas no a una ciudad, sino a una cultura y un mundo de sensaciones.
    Un beso.

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  3. Ah, Delikat ese viaje de varias semanas es el que estábamos tentados a hacer y no lo descarto, qué maravilla cuando uno puede viajar largo dentro de un país, solo lo he hecho en Croacia y fue inolvidable. Me alegro que hayas disfrutado de este otro viaje.

    Viena, gracias, miles de gracias por tus halagos, la verdad hice cientos y cientos de fotos, en los zocos es muy difícil por la luz tan indirecta que apenas llega a los túneles-callejuelas.
    Me ha gustado esa imagen que me das de ellas como túneles del tiempo, nunca mejor dicho. Gracias por pasarte.

    Abrazos a las dos.

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  4. He vuelto a recordar los sonidos y olores de Marruecos con tu bello post. La medina indescifrable de Fez, la angostura sinuosa de unas calles que, de pronto, ofrecen una entrada mágica a un Riad sin fondo, pareciera que permanentemente profundo. Tus fotos muestran una sensibilidad especial para captar los detalles que descrifran a una ciudad y a sus gentes. En fin, hasta me has hecho echar de menos esos fabulosos jugos de naranja que nombras…

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  5. Excelente y sugerente entrada, Caludia. Es cierto que la Medina de Fez es algo único. Una vez me perdí en su interior al atardecer, cayendo ya la luz del día y las sombras invadiendo las callejuelas. Debo decir que lo pasé mal. No había manera de orientarse en ese laberinto de callejas, recodos, rincones... Acabé teniendo que ofrecerle cien dirhams a un niño para que me sacara de allí.

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  6. Jaja, Sorokin, al principio también sentí el agobio de no saber a dónde iba. Hasta le dije a mi compañero, que me sentía como un personaje de Borges, girando y girando por las mismas calles. Luego, la cosa es entregarse a perderse con la seguridad de que sabes que culquiera te rescatará y uno lo agradece con unos cuantos dirhams-
    Saludos, Sorokin

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