En su biografía reseñada en Wikipedia, me llamó la atención una lista que el cineasta hiciera, de sus diez películas favoritas. Me di a la tarea de ver todas aquellas que no había visto y la verdad es que es fantástico acceder a joyitas que desconocía. Entre los directores que este respetaba se encontraban: Mizoguchi, Buñuel, Bergman, Bresson y Kurosawa.
Pienso en la dificultad para un cinéfilo de comprimir, en una lista de diez, sus películas preferidas.
La lista de Tarkovski:
1- Diario de un cura rural (Robert Bresson, 1950), una magnífica película que conecta con otra de esta lista, Los Comulgantes, en la que nos asomamos a través de uno de los antihéroes más desvalidos del cine, un joven cura enfermizo que escribe un diario, y que se debate entre lo que se espera que sea como párroco y lo que realmente alcanza a ser... un hombre atormentado que lucha por una fe ante la que lo vemos dudar.
2-Los Comulgantes (Ingmar Bergman, 1963), el misticismo como búsqueda a veces fallida o no, también aparece en esta película, parte de la trilogía que el director llamase El Silencio de Dios. Su protagonista, otro antihéroe, un párroco bastante antipático, egoista, incómodo consigo mismo y con su fe. Una de sus escenas, en la que discute con su amante, nos trae a la memoria a otra (¿un homenaje?), de La Cinta blanca, en la que el hombre cubre de improperios a su sumisa amante.
3- Nazarín (Luis Buñuel, 1959) Siguiendo con el hilo místico, esta vez un cura se replantea su fe, no sin acarrearle serios problemas, una suerte de iluminado que también se debate entre el hombre y dios. Nazarín elige un camino que se aleja de la ortodoxia cristiana, siguiendo entonces los caminos más sacrificados para emular los preceptos de ese Cristo en quien cree.
4- Fresas Salvajes (Ingmar Bergman, 1957) Un viaje a través de la memoria le permite a su protagonista reconstruir un presente a punto de extinguirse. La conciencia de la muerte le deja encontrarse, finalmente, con su propio yo.
5- Luces de la ciudad (Charles Chaplin, 1931) Un clásico que parte de una sencillez absoluta pero que tiene todos los ingredientes de una película inolvidable: romance, humor y un tanto de tragedia.
6- Cuentos de la luna pálida (Kenji Mizoguchi, 1953) Considerada una obra maestra del director japonés, en la que se conjugan de manera magistral la realidad y lo fantasmagórico, el amor el deseo y la ambición, en una misma fábula.
7- Los siete samuráis (Akira Kurosawa, 1954) Un pequeño feudo japonés del siglo XVI sirve de marco para contar una historia épica llena de valor, en donde el honor y los códigos de la época nos permiten asomarnos a la universalidad y atemporalidad inherentes a la condición humana.
8- Persona (Igmar Bergman, 1966) Casi un monólogo, pero no lo es, más bien, diálogos indirectos entre sus escasos personajes. Una historia singular en la que nos asomamos al mundo de dos mujeres. Solo dos grandes actrices como Bibi Andersson y Liv Ullman podían sostener una película de gran peso en sus personajes.
9- Mouchette (Robert Bresson, 1967) Trágica e inocente, Mouchette es sin duda magistral en su narración. Bresson logra construir un personaje poderoso y frágil a la vez. Una historia que se enmarca dentro del paso de la infancia hacia la adultez, entre el mundo inocente hacia una realidad por momentos brutal.
10- La mujer en la arena (Hirshi Teshigahara, 1964) Una fotografía soberbia y una historia tan desconcertante como verosímil... rayana al surrealismo. Un asfixiante relato, kafkiano en parte, en donde quedan los sentimientos humanos expuestos desde sus más bajos o altos instintos. Una joya salida de la pluma del Nobel Kobo Abe.
Uno de los magníficos fotogramas de Una mujer en la arena.
Una escena, ya clásica de Persona.
Queridos lectores, estaré ausente hasta julio... hasta entonces.
Muy ilustrativa la lista de Tarkovski. Evidentemente -qué otra cosa se podría esperar- cineastas de su estilo, profundo, casi casi onírico a veces (Bueno, salvo excepciones, como "los siete samurais" de Kurosawa). No te digo que yo la firme sin mirar, pero en un buen porcentaje, me adhiero. Quitaría a Bergman (me repatea, no lo soporto, es una fobia) y pondría algo de Orson Welles (¿Sed de mal?) y, ¡Moíi Bog!, algo por supuesto, de Einsenstein (Ivan Grozny, por ejemplo).
ResponderEliminarPero, en fin, yo estoy viciado porque me gusta mucho el cine gringo de los cincuenta. Ayer pasaron en TCM "On dangerous ground" de Nicholas Ray, con un Robert Ryan gigante (y no sólo porque debe medir como siete metros) y una Ida Lupino fabulosa. Me quedé gagá (como la lady). Es una peli fantástica. Y no está en ninguna lista de nadie.
En fin, que hay gente pa' tó' y que para gustos se han hecho los colores.
Un abrazo
Coincido contigo en Los 7 Sanurais... pero qmo a Bergman; Y tienes razon (no tengo tildes) me encantaria tener la lista vuestra. COpio tu recomendqcion, tambien amo el cine americano de los 40 y 50;
ResponderEliminarSAludos
Palabra de Tarkovski, valor de ley. Me ha encantado leer el post, Claudia, está escrito estupendamente. A mí con las listas o los top ten siempre me pasa que se quedan cosas fuera y que por qué esto y no lo otro, pero hay que reconocer que la selección encaja como un guante con la forma de concebir el cine de Tarkovski. Tenemos espiritualidad, contricción, pátina onírica, existencialismo...
ResponderEliminarComo dice Sorokin, bien puediera haberse colado algo del soberbio cine gringo de los 30 a los 50 (y por supuesto algún toque Hitch) o de la era muda (a mí, por razones sentimentales, me emociona El maquinista de La General), pero bien merece la pena ir tachando como vistas las recomendaciones de Tarkovski. Yo en esa lista tengo muchos huecos. Descubrí Una mujer en la arena hace unos meses y me quedé alucinado de lo buena que es.
También me apunto la recomendación de Sorokin de Nicholas Ray (le conocí de pequeño con su gran Johny Guitar). Un abrazo en 35 mm!
He visto 4 de las películas, me faltan 6. Tengo que verlas.
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