Para terminar nos asomaremos rápidamente al cine norteamericano, en el que claro, abunda su fast food, pero Tarantino lo recoge muy bien en Pulp fiction (1994). No en balde la película comienza y termina en una cafetería típica americana, y Mia (Uma Thurman) lleva a Vincent (John Travolta) a tomar batidos y hamburguesas en un restaurante con mesas dispuestas dentro de coches antiguos y camareros disfrazados de dobles de estrellas de los 40 y 50. Con ello le da coherencia al personaje, esposa de un mafioso, la cual no puede ser una mujer de gustos refinados. A ello se le suma la “filosófica” disertación de los dos gángster de algunas diferencias gastronómicas entre Europa y América:
– ¿Y sabes cómo llaman al cuarto de libra con queso en París?
– ¿No lo llaman cuarto de libra con queso?
– Utilizan el sistema métrico, no sabrían qué coño es un cuarto de libra.
– ¿Pues cómo lo llaman?
– Lo llaman una Royale con queso.
– Royale con queso.
- Sí, eso es.
- Aha... ¿y cómo llaman al Big Mac?
- Un Big Mac es un Big Mac, pero lo llaman Le Big Mac.
- Le Big Mac... ¿y cómo llaman al Whooper?
- No lo sé, no fui a ningún Burger King...
Más allá de las célebres escenas del día de Acción de Gracias, donde las familias suelen encontrarse para terminar aflorando las diferencias, y que abordaremos más adelante, sin duda alguna es la comida entre los italo-americanos, en el cine estadounidense, y en especial sus historias a cerca de la mafia, siempre están sazonadas con su gastronomía típica; aunque en la trilogía de El Padrino (The Godfather; Francis Ford Coppola; 1972; 1974; 1990), por ejemplo, el protagonismo de la comida se lo llevan las escenas de boda. Pero si hablamos de escenas memorables en este género hay que mencionar a Uno de los nuestros (Goodfellas, Martin Scorsese; 1990), en la que encontramos a un grupo de mafiosos encarcelados preparando una cena digna de reyes. Contrasta el austero escenario con la opulencia de la cena: cajas de vino, langosta, gruesos filetes de carne, escena más que suficiente del trato preferencial del que gozaba la mafia mientras sus miembros esperaban a ser liberados. De hecho, Scorsese pone en boca de uno de sus mafiosos algunos secretos de la salsa de tomate de su madre. El paso del trato de favores dentro de la cárcel, va siendo ilustrado a través de las comidas, poco a poco los alimentos que van consumiendo son más exquisitos y costosos.
Ver una de las escenas (en inglés).
Un café, hamburguesa y tarta de cereza
También las cafeterías aparecen perenemente las películas norteamericanas. David Lynch recurre a ellas con insistencia. Es curioso pero resultan tan frías e impersonales, que normalmente resaltan la soledad de los personajes o su intransitoriedad. Comparémolas con el modelo de café parisino, en donde se lee y se pasa el tiempo. La cafetería que aparece en la serie y en la película de Twin Peaks (1992) se ha hecho realmente célebre. Lynch no ha ocultado, y así lo revela su trabajo fotográfico, su amor por el pintor Edwar Hopper*, en cuyos cuadros abundan esas mismas carreteras norteamericanas, estaciones de gasolina y cafés. Todos esos paisajes parecieran remitir a la nada y, como se ha mencionado, a la soledad.
En Blue Velvet (1986) se dan cita Sandy y Jeffrey en un café para hacerse confesiones. En Mulholland drive (2001) Betty y Rita se encuentran en una de estas cafeterías, e igualmente aparece una inquietante escena en la que dos hombres discuten en un café, pero los espectadores no podemos oír de qué hablan. (ver esta escena). En el fondo, el director contrasta estos espacios por antonomasia "reales" con la más completa y dudosa realidad.
Vale citar The Loveless (1982; Kathryn Bigelow), el ya clásico musical Grease (1978) o Tomates verdes fritos (1991; Jon Avnet); pero la lista sería interminable, los hemos visto cientos de veces en sus películas... pero otro referente que tenemos del cine norteamericano y su comida son sus famosas cenas del día de Acción de Gracia (Thanksgiving day).
Antes de cerrar este apartado quisiera mencionar la escena de Delitos y faltas (1989) en la que Mia Farrow aparece con Woody Alen, almorzando una hamburguesa en el cine. Queda en claro el amor de ella. Halley, por el cine, al preferir ir al cine antes que ir a almorzar.
Cómo sobrevivir al 'Thanksgiving'
Si algún tema nos han presentado el cine norteamericano acerca de su cultura es la célebre reunión en torno al día de acción de gracias. En su mayoría, si escapamos del cine más ñoño o de alguno bastante singular, lo que es recurrente en dichas cenas, llevadas a la gran pantalla, es que el obligado reencuentro familiar se convierte en un ring de pelea; siendo la cena, un verdadero Macguffin para los reenfrentamientos de los viejos problemas irresueltos dentro de la familia. De las pocas célebres en que ello no es un terreno de peleas sino de gozo es en Hanna y sus hermanas (1986; Woody Allen). La historia se enmarca temporalmente entre dos Thanksgiving. Es hermosa una de las escenas en que las hermanas se dedican a los últimos preparativos de la cena, en donde la armonía y el buen rollo se dejan entrever.
Ver una de las escenas (en inglés).
Un café, hamburguesa y tarta de cereza
También las cafeterías aparecen perenemente las películas norteamericanas. David Lynch recurre a ellas con insistencia. Es curioso pero resultan tan frías e impersonales, que normalmente resaltan la soledad de los personajes o su intransitoriedad. Comparémolas con el modelo de café parisino, en donde se lee y se pasa el tiempo. La cafetería que aparece en la serie y en la película de Twin Peaks (1992) se ha hecho realmente célebre. Lynch no ha ocultado, y así lo revela su trabajo fotográfico, su amor por el pintor Edwar Hopper*, en cuyos cuadros abundan esas mismas carreteras norteamericanas, estaciones de gasolina y cafés. Todos esos paisajes parecieran remitir a la nada y, como se ha mencionado, a la soledad.
En Blue Velvet (1986) se dan cita Sandy y Jeffrey en un café para hacerse confesiones. En Mulholland drive (2001) Betty y Rita se encuentran en una de estas cafeterías, e igualmente aparece una inquietante escena en la que dos hombres discuten en un café, pero los espectadores no podemos oír de qué hablan. (ver esta escena). En el fondo, el director contrasta estos espacios por antonomasia "reales" con la más completa y dudosa realidad.
Vale citar The Loveless (1982; Kathryn Bigelow), el ya clásico musical Grease (1978) o Tomates verdes fritos (1991; Jon Avnet); pero la lista sería interminable, los hemos visto cientos de veces en sus películas... pero otro referente que tenemos del cine norteamericano y su comida son sus famosas cenas del día de Acción de Gracia (Thanksgiving day).
Antes de cerrar este apartado quisiera mencionar la escena de Delitos y faltas (1989) en la que Mia Farrow aparece con Woody Alen, almorzando una hamburguesa en el cine. Queda en claro el amor de ella. Halley, por el cine, al preferir ir al cine antes que ir a almorzar.
Cómo sobrevivir al 'Thanksgiving'
Si algún tema nos han presentado el cine norteamericano acerca de su cultura es la célebre reunión en torno al día de acción de gracias. En su mayoría, si escapamos del cine más ñoño o de alguno bastante singular, lo que es recurrente en dichas cenas, llevadas a la gran pantalla, es que el obligado reencuentro familiar se convierte en un ring de pelea; siendo la cena, un verdadero Macguffin para los reenfrentamientos de los viejos problemas irresueltos dentro de la familia. De las pocas célebres en que ello no es un terreno de peleas sino de gozo es en Hanna y sus hermanas (1986; Woody Allen). La historia se enmarca temporalmente entre dos Thanksgiving. Es hermosa una de las escenas en que las hermanas se dedican a los últimos preparativos de la cena, en donde la armonía y el buen rollo se dejan entrever.
Una magnífica escena de la cena, que tiene ese paralelismo con lo anteriormente mencionado, en la que se vuelve una verdadera fiesta fraterna alrededor del pavo y demás delicias, es la que aparece en Avalon (1990; Barry Levinson). Desde la perspectiva de unos inmigrantes (judíos, originarios de Polonia) presenciamos a una numerosa familia comiendo. La matrona espeta en medio de la cena del Thanksgiving: "Esta fiesta nunca la he podido entender... 'Thanksgiving'... dar las gracias a quién". La cena sirve para rememorar sus propias historias de inmigrantes, hay risas, discusiones laxas y algo de humor. Ver escena de Avalon (en inglés).
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Temas como la homosexualidad se ponen también en la mesa,
en ¿Qué se está cociendo?
Pero hemos afirmado que en su mayoría esta fiesta se vuelve un terreno de tensiones familiares y, aunque muchas películas que giran en torno al tema, destacaremos algunas pocas por singulares. Una de ellas es ¿Qué se está cociendo? (2000; Gurinder Chadha), la directora nos relata cuatro historias multiculturales y multiraciales en el día de acción de gracias. Es de destacar que podemos ver muchos detalles de las preparaciones. Ver tráiler (en inglés). En la conocida Brokeback mountain (2005, Ang Lee), los dos protagonistas, ambos casados, cenan con sus respectivas familias y en cada escena queda en claro los problemas familiares de ambos amantes y la fragilidad de sus relaciones. (ver parte de las escenas, en inglés). Del mismo director chino también es célebre su Tormenta de hielo (1997) y cuya cena de Acción de Gracias permite enmarcar a esta familia en un rito convencional, pero a medida que avanza la historia nos devela la hipocresía de sus "pilares". Es memorable cuando la joven hija le toca dar las gracias, antes de cortarse el pavo, y convierte dicho agradecimiento en un verdadero, aunque breve, discurso social. Ver la escena en inglés.
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En una secuencia en la que se llega hasta la violencia física aparece en Esencia de mujer (1992; Martin Brest). El protagonista llega sin ser deseado a esta cena e, irremediablemente, pone todo de cabeza (Ver escena en inglés). Jodie Foster dirigió A casa por vacaciones (1995), en la hay espacio tanto para el encuentro como las histerias o tristezas del desencuentro. Interesante película aunque quizá le falte redondez (ver escena del pavo, en inglés).
El Gatopardo (1963; Luchino Visconti) y la suntuosa cena aristocrática.
Soul Kitchen (2009; Fatih Akin) la cual fue reseñada en este blog, en donde se mezcla humor y drama.
Estómago (2007; Marcos Jorge) galardonada con la Espiga de Oro 2008 del Festival de cine de Valladolid, una historia social que mezcla lo carcelario, el amor y la antropofagia. Muy recomendable.
Los amigos de Peter,(1992; Kenneth Branagh) en la que se dedican largas y deliciosas escenas en torno a la comida como espacio de celebración y encuentro de las amistades-
Desayuno en Tiffany's (1961; Blake Edwards); aunque breve, la sola idea de que esta mujer tome su desayuno frente a la famosa joyería es de una eficacia sorprendente: con este breve acto podemos saber mucho de la personalidad de Holly.
Lo que resta del día (1993; James Ivory). En esta película asistimos a una puesta en escena majestuosa en torno a la comida, desde la cena de los mayodormos, amas de llave y demás ayudantes hasta la aristocracia inglesa en tiempos de la Segunda Guerra Mundial. Ver una escena en inglés.
Si algo ha demostrado este recorrido es que pocas cosas se aferran más a la memoria como los olores y los sabores, la textura de los alimentos en la lengua o en la mano, el crujiente sonido al untar mantequilla sobre una tostada o al morder una manzana. Sensaciones culinarias que permanecen, haciendo cosquillas, en el paladar del recuerdo y que en el cine en ocasiones actúa como sabrosa guarnición de obras magníficas
Ya le tocará en algún momento a los maridajes del vino, postres, bodas, etcétera...
Los manjares están servidos, que empiece la película.
Los manjares están servidos, que empiece la película.
Querida Claudia: Qué pena me da que se acaben estas entradas tan interesantes sobre el cine y la gastronomía. Yo creo que en el cine norteamericano no hay mucho protagonismo gastronómico en general, claro. Como dices, la cena de acción de gracias que sería el mayor referente, no parece tener protagonismo como comida en sí y sí ser mero escenario de la batalla campal que suele librar la familia o la evidencia de sus malos rollos.
ResponderEliminarDonde sí parecen adquirir algún protagonismo las comidas como tales, es cuando se nos muestra la gastronomía de otras culturas, es decir, cuando el cine trata las comidas de griegos, italianos o judíos, en donde parecen querer mostrarnos vía ritos culinarios, todo lo que hay que saber de estas culturas o su distancia como grupo.
En cuanto a lo que dices de las cafeterías, yo lo extrapolaría también a los restaurantes, a los que parece temer el cine, porque cuando aparecen o son de otras nacionalidades, o son esos lugares sombríos en los que el personaje es infeliz o tiene que guardar una compostura falsa que le asfixia, así ya es típica la escena en la que "el otro" protagonista normalmente, después de asistir a alguna comida encorsetada en estos restaurantes, un día se lleva al personaje y como si le dijera: ahora te llevo yo a comer de verdad o, te voy a enseñar lo que es vivir bien, lo lleva a comer un perrito caliente en un puesto callejero o una hamburguesa chorreando de ketchup en un garito a deshoras.
O eso es lo que hay y el cine lo muestra, o realmente los directores adoran el tópico de la comida rápida, porque parece al final, que los protagonistas siempre comen hamburguesas.
Repito Claudia, tu serie de gran calidad, me ha gustado mucho.
Un besazo.
Ah, muchas gracias Viena por tus palabras y tu comentario, el cual comparto ampliamente, lo has dicho muy bien en cuanto a los restaurantes, excepto el gran Woody que pocas veces muestra la comida, pero sí sus restaurantes suelen ser espacios en los que se comparte con los amigos.
ResponderEliminarPero has dado en el clavo, cuántas veces no hemos visto la típica cita a lo Sex and the City en las cuales las amigas (brujas) se citan para medirse entre ellas, por poner un jemplo.
Y es verdad, lo que dices de los perritos y sus hamburguesas es como la lucha del campechano y el urbanitas encorsetado, jajaja.
Abrazos.
Claudia esta entrada me ha encantado, son esas imágenes repetidas una y otra vez en el cine que cuando se nos muestran así de forma expresa y evidente nos hacen sonreír. Si vieras las ganas que tengo, aunque sólo sea una vez en la vida, de pisar una de esas típicas cafeterías americanas años 40 style, que como bien dices, tan bien retrata el cine de Lynch, de esas con asientos de skye, en los que la camarera vestida con batín azul y delantal blanco, pelo rubio, te sirve el aguado café (café americano como le gusta a mi madre) de una cafetera metálica. Ah que imagen tan tópica pero que ganas de vivirla tengo :-)
ResponderEliminarSabes? Una películas que se desarrolla principalmente en una cafetería y que es una de mis películas preferidas de los últimos años, es "My Blueberry Nigths", preciosa historia de amor que se fragua en una coffee-shop y con una banda sonora, con la música de mi adorada Cat Power, de impresión. Si no las has visto te la recomiendo. Abrazos.
Delikat, la verdad es que hemos visto tanto estas cafeteríaas que forman parte ya de nuestro imaginario. He ido a alguna, pero no recuerdo a las camareras ataviadas de esa forma... una pena.
ResponderEliminarEn cuanto My Blue Berry... lo siento, allí no coincidimos, me pareció fallida (la puse en mi lista de pelis que me decepcionaron ese año), creo que nuestro director se ha quedado en su maestría del esteticismo y de las atmósferas, pero sentí que no me daba más. Solo la fabulosa Natalie Portman le añande verdadera salsa a la historia. Quizá deba darle una repasada.
un gran abrazo
Claudia, tu entrada es tan completa que estaba yo penando porque no iba a poder añadir nada (y ya sabes, que a mí lo de quedarme callado no me va en absoluto), cuando el canal TCM francés, tuvo anoche la genial idea de pasar "Dog day afternoon" de Sidney Lumet (por supuesto, en VO, yo no veo películas dobladas si puedo evitarlo), con un genial Al Pacino en uno de sus primeros roles (la peli es de 1975). Me quedé pegado a la pantalla, sin comer ni beber, hasta que la peli se terminó. Es un film magnífico, dramático, cómico, contracultural, lo que haga falta.
ResponderEliminarAl Pacino y un cómplice han asaltado un Banco, y están retenidos en el interior y cercados por la policía. En un momento dado, le dicen al poli con el que están negociando que sus rehenes tienen hambre. Llega un mensajero con unas pizzas, Pacino las recoge mientras el público que está en el exterior le aplaude y le jalea. Pacino entra con las pizzas y el mensajero se vuelve hacia la policía y el público y da unos pasos de baile y saluda con una morisqueta. El público le aplaude a rabiar.
Si no la has visto, no te la pierdas, de verdad.
No te cortes Sorokin, si lo que me cuentas de la peli del gran Lumet, vale oro... me muero por verla... umh... recuerdo que una navidad mi hermano le regaló a mi suegra un pack de 3 pelis de Lumet... veré si la que me dices está allí. Gracias por el datazo.
ResponderEliminarHOla Claudia, vengo referido por Carmen de Saboryarte y me satisface mucho lo que encuentro en tu blog.
ResponderEliminarPara quienes tenemos pasión por la cocina, siempre este tema en las películas es más llamativo y maxime cuando se trata casi de una película con el tema total.
De estas referencia logré ver "Estómago" y vaya sentido del escritor ah!!, claro, las de corte romántico o divertidas son mis favoritas.
Gracias por tan magnifica referencia, ya vendré a ver el resto de tus publicaciones.
Saludos desde Costa Rica
Muchísimas gracias, Capricornio, por tus palabras. Me satisface también saber que lo que escribo puede interesarle a la gente, serás bienvenido siempre que te apetezca pasar. Tal como dices, las divertidas, son magníficas, pero te das cuenta que es un género bastante menospreciado por las academias de cine a la hora de dar premios y al mismo tiempo, es un género muy difícil de hacer bien. ¿no lo crees?
ResponderEliminarUn gran saludo
La verdad es que los gringos, como dice Viena, no han sido llamados hstóricamente a la mesa del Señor para comer.. ;-) Si hablamos de Acción de Gracias, me viene a la cabeza una película que vi hace no mucho llamada retrato de abril, en la que la protagonista se psaa cocinando medio metraje para la visita climática de su distanciada familia. Tiene putos cómicos, el dramón familiar de turno y, eso sí, una excelente radiografía de lo que se compone tan famosa comida. de nuevo, una gozada leer el último capítulo de tu serial, Claudia. ¿Has pensado en meterle mano a los dulces y el cine?
ResponderEliminarSi, Bobolongo, tal como apuntas Retrato de Abril trata del Thanksgiving, aunque me parece que llega al topicazo... pero sí, este film ya se encuentra entre los preferidos del tema.
ResponderEliminarSaludos
Y la entrada acerca de los postres... umh... ya veremos si algún día llega
Hola Claudia he llegado a tu blog y me ha encantado esta entrada, la afición al cine es grande, pero si lo mezclamos con la comida ya es sublime.
ResponderEliminarMe he apuntado un montón de películas que no había visto.
Te recomiendo una que a mi me encanta"La dulce Marta" es una película alemana y encantadora.
Por si me quieres visitar yo tengo un blog de libros
www.loslibrosdeteresa.wordpress.com
Un saludo
Teresa
Muchas gracias Teresa, claro que pasaré gustosa a revisar el tuyo. Por cierto, la de "Dulce MArta" la menciono en una de estas entradas, pero acá se llamó "Deliciosa Marta", he puesto además algunos fotogramas de la película, la verdad está muy bien en cuanto al tema.
ResponderEliminarSaludos