Reverse, 2002-2003.
...El trabajo plástico de la artista británica
Jenny Saville (1970), aunque es, sin duda algu

na, muy singular, posee matices que nos recuerdan de alguna manera a la carnalidad de
Rubens -invocado por ella misma- y a la gestualidad poderosa y la deformación de los cuerpos de
Francis Bacon. También nos trae a la memoria su referente latinoamericano:
Luis Caballero, pero Saville se diferencia del artista colombiano, ya que el erotismo buscado por éste no se corresponde con el trabajo de Saville, aunque ella quizá a veces lo logre a través de la abundancia y sobreexposición de la carne, pero pareciera que el erotismo, en su trabajo no es el tema que realmente le ocupa, por más que aparezcan las partes sexuales explícitamente.
Closed-Contact, 2002.
Normalmente, usa su cuerpo como referencia pero no realiza autorretratos. La carne, está provista de vida grasa, pliegues, cicatrices y sangre. Es igualmente interesante el cuerpo muerto de un cerdo o el de una mujer que pasa por un quirófano, para una cirugía plástica. Al igual que los artistas contemporáneos, anteriormente mencionados, su trabajo no incita en la mayoría de los casos a la relajación y a la contemplación quieta. La angustia se asoma en cada una de sus obras, como si dejase claro la fragilidad que bien representa la piel, ese todo que es capaz de ofrecernos placer y dolor, observarlos con pena o divina contemplación...
Con claras referencias de la pintura de Bacon, Propped, 1992.
Saville ofrece un paisaje hecho de carne, un paisaje de una carga psicológica profunda y perturbadora. La artista intenta un acercamiento desde los poros a la deformación, como queda reflejado en su serie
Closed-contact (1995-1996), en la que se fotografía a través de un Plexiglas, que recuerda al de la fotógrafa cubana
Ana Mendieta, solo que la británica le imprime un poco más de dolor y angustia a su serie.

En su serie
Territorios, las montañas de carne y la desnudez como constantes vuelven. A ello se le suma la construcción artificial del cuerpo, y retrata a transexuales. El dolor pareciera estar latente en cada uno de sus cuadros, y al igual que Rubens, pareciera que la sangre circulara en cada uno de esos cuerpos y, al igual que Bacon, el tormento se restrata en cada una de esas montañas o paisajes hechos de piel y carne, y dicha deformidad se acentúa en el empleo de los formatos de grandes dimensiones.
Hyphen, 1999
Galería Saatchy
Galería Gagosian
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