La directora (en el hotel) asiste al Festival de Venecia en 2010.
Hay hijos de genios que intentan huir de la celebridad y brillo de sus padres, otros que no aguantan los embates de las siempre odiosas comparaciones, pero en el caso de la directora Sofia Coppola, simplemente no quiso escapar de su talento y destino. Fue bautizada en el cine ¿literalmente, si aceptamos la representación como realidad o como cualquier rito iniciático como un "bautizo"?, con apenas unos meses encarnaba el papel de sobrino de Michael (Al Pacino), en esa joya del cine que es El Padrino (Francis Ford Coppola, 1972), en una secuencia memorable en el que el bebé era bautizado y en donde se concatenaban una serie de escenas que preparan el clímax para un aciago desenlace. Nunca un bautizo fue más premonitorio...
Fotograma de El Padrino III.
Años más tarde, ante las duras críticas que recibiera en su actuación en el Padrino III, como Mary Corleone, la joven, lejos de amilanarse, enderezó su brújula y dio con la parte de dicho mundo al que mejor se amoldaba: el guión y la dirección. Hoy en día, no solo la respalda una carrera sólida y sin patinazos, además se erige como la primera mujer nominada a la mejor dirección en los premios Oscar.
Fotograma de Las Vírgenes Suicidas.
Su carrera se catapulta con su ópera prima Las Vírgenes suicidas (1999), en donde ya deja ver su capacidad como narradora y con una dirección que, no solo mostraba talento, sino también un sello propio, una voz y forma singular. Las dudas sobre el padrinazgo y supervisión de esta pequeña joya por parte del padre, no se hicieron esperar... pero un segundo largometraje irrumpe y despejas las dudas con un éxito sorprendente: Lost in Translation (2003), en donde se lleva el Oscar al mejor guión y es nominada a la mejor dirección y mejor película, pero sendos galardones se lo arrebata Clint Eastwood con la correcta pero casi olvidable Million Dollar baby. Pero la academia francesa le concedió el Premio César (2005) como mejor película extranjera.
Un fotograma ya icónico de Lost in Translation.
En 2006 reaparece con una singular visión de la célebre María Antonieta. De formidable factura, pero narrativamente menos potente que las anteriores. A ella le sigue, y hay una conexión entre ambas películas debido al tedio y la desazón existencial, Somewhere (2010). Johnny es un personaje ensimismado en su cotidianidad y cierta fama. La vacuidad de su vida discurre entre el más absoluto sinsentido. María Antonieta, a su vez, come pasteles ricamente decorados, realiza fiestas que duran días y afuera la Francia se desmoronaba. El deseo, para ambos personajes pareciera inexistente, aunque en esta reciente película, la directora elabora un relato mucho más íntimo que la fastuosa María Antonieta.
Un hermoso fotograma de su María Antonieta.
Sofía, por más densos que sean sus temas, no descuida la belleza formal en su dirección, ofreciéndonos planos maravillosos y fotogramas inolvidables.
Somewhere fue merecedora del León de oro del Festival de cine de Venecia (2010), hace mucho que nuestra directora ha despegado y su cine va madurando con el tiempo. Estaremos atentos a las nuevas películas de esta talentosa guionista y directora, que ha sabido beber, sin atragantarse, de la impronta de unos de los directores más talentosos de la historia del cine.
Somewhere, su más reciente película.
Me encanta Sofia Coppola. Creo que me he visto "Lost in translation" algo así como cinco veces. En Tokio andaba mirando por todas las calles para ver si aparecía Scarlett Johansson, otra de mis chicas favoritas.
ResponderEliminarSaluditos
Qué bueno que también te guste. En cuanto a Scarlett también me gusta porque es muy sobria en su actuación (además de guapa, bla, bla, bla).
ResponderEliminarSaludos
Estoy de acuerdo en que Lost in transaltion es una película buena, rompedora, diferente. La de vírgenes suicidas la tengo pero no la he visto.
ResponderEliminarSeguiremos la pista de "el cine de Sofía".
Buena entrada, un saludo!
Ví esa película y me gusto,
ResponderEliminarbonito post.
saludos.
Uff, sólo he visto Perdidos en Tokio, y es una de mis películas favoritas. Tengo que revisar todas esas que nos recomiendas.
ResponderEliminarRecibe mi cariño querida Claudia
Debe ser difícil para los hijos de los consagrados, es casi un tópico. Imposible separarse, desligarse de la comparación constante e incluso de la duda ¿le habrá asesorado el padre?
ResponderEliminarPero esta chica parece que se ha sacudido con fuerza todo prejuicio y ahí va, rompiendo, no como hija, pero sí quizás como aprendiz del genio de su padre.
Genial también que en el Padrino, esa película con tanto simbolismo, apareciera ella de bebé, como tu dices, literalmente un bautismo en el cine.
Un placer siempre aprender de tus conocimientos cinéfilos.
Un beso.
A mi me gusta todo en ella (incluido su buen gusto para la moda :-p), pero una de las cosas con las que más conectó, aparte del cine, es su gusto musical, sólo hay que ver las bandas sonoras de sus películas con canciones sabiamente elegidas. Compartimos pasión mutua por el grupo francés Air y adoro la banda de su marido, Phoenix. Aparte de esto, "Lost in translation" me parece sublime, de esas películas de culto de las que siempre se hablará. También confieso que yo había leído el libro "Las virgenes suicidas" de Jeffrey Eugenides, antes de que se decidiera llevar al cine la historia, y que sorprendió gratamente, siempre soy escéptica cuando libros que leo se llevan a la gran pantalla.
ResponderEliminarPor cierto, sabia su decisión de retirarse de la interpretación, recuerdo que viendo el Padrino III me preguntaba, "pero de donde habrá sacado Coppola a la pánfila esta" :-P
Un saludo,
Bueno, Carmen, siempre es bueno tener buenas películas pendientes por ver.
ResponderEliminarViena, es verdad, debe ser difícil, porque siempre se tenderá a la comparación... y ya sabemos que toda comparación es odiosa.
Delikat, también me gusta su gusto por la moda ¿cuándo nos decidiremos a abrir un blog con estas cosas? Supongo que nos falta tiempo.
Abrazos y gracias a todos por participar.
Me uno a la reivindicación de Sofia Coppola como una cineasta singular, en un cine normalmente huérfano de miradas femeninas tan sugerentes como la suya. Me encantó Las vírgenes suicidas, aunque no he leído el libro como Delikat, y Lost in translation tiene una magia especial.
ResponderEliminar